INGREDIENTES:
Pastel:
3 huevos.
1/2 vaso de sirope de Ágave.
200gr de zanahorias ralladas.
150 gr de harina integral de espelta.
50gr de harina de fuerza.
1 cucharadita de levadura.
1/2 cucharadita de bicarbonato.
1 cucharadita de canela.
50 ml de aceite de maíz.
1 puñadito de nueces.
Relleno:
Queso crema light.
Sirope de Ágave.
Precalentamos el horno con calor arriba y abajo a 180ºC.
Mezclamos los huevos con el sirope batiéndolo bien. Añadimos el aceite y mezclamos. Añadimos la zanahoria rallada y la canela y lo mezclamos todo bien.
En otro bol echamos los ingredientes secos, es decir, las harinas, la levadura y el bicarbonato. Los removemos un poquito para que se repartan uniformemente y los añadimos a la mezcla anterior.
Integramos todo bien y lo echamos en un molde previamente untado con un poco de aceite.
Metemos al horno 30 minutos.
Dejamos enfriar... y ¡listo!
No quiero parecer Pepito Grillo, pero... como podemos ver en la lista de ingredientes en esta receta nos hemos librado de las grasas trans y saturadas sustituyendo mantequillas por aceite vegetal, fuente de grasas insaturadas. Lo mismo ocurre con las nueces, que aportan ácidos grasos omega 3 y omega 6, que además de ser insaturados son una gran ayuda para luchar y prevenir el colesterol.
Contiene harina integral, fuente de carbohidratos complejos que aporta energía, al igual que el sirope de ágave, que aporta energía de liberación lenta sin provocar picos de glucosa, manteniéndonos saciados y sin hambre por más tiempo.
Las zanahorias son una excelente fuente de vitaminas y antioxidantes y es una buena manera de comer hortalizas si no nos gustan mucho.
Y no nos olvidemos de los huevos, principal fuente de proteínas de alto valor biológico.
Por todo esto una pequeña ración de este pastel es una más que buena opción para tomar en el desayuno.
Digo una pequeña ración... ¡si sois capaces! ¡porque está... de muerte!